Viajar con bebés y niños pequeños puede ser una experiencia desafiante, pero con la planificación adecuada y algunos consejos clave, es posible convertirlo en una aventura familiar memorable. A continuación, te presentamos una guía elaborada en colaboración con expertos en pediatría y psicología infantil para ayudarte a enfrentar el desafío de los viajes largos con los más pequeños de la casa.
1. Planificación Previa: El Secreto del Éxito
Preparación emocional y logística: Antes de emprender un viaje largo, es esencial preparar tanto a los niños como a los padres. Habla con tus hijos sobre el viaje, explícale a dónde van y qué pueden esperar. La preparación emocional es clave para que los niños se sientan seguros y entusiasmados.
Documentación y salud: Asegúrate de llevar toda la documentación necesaria, como pasaportes, tarjetas de seguro médico y cualquier receta médica. Además, es recomendable visitar al pediatra antes del viaje para verificar que el niño esté en buen estado de salud y recibir consejos específicos.
Empaque inteligente: Empacar lo esencial es crucial. Incluye artículos como pañales, toallitas húmedas, ropa de cambio, alimentos o leche para el bebé, y cualquier medicamento necesario. Además, lleva juguetes y libros para mantener entretenidos a los niños.
2. Organización del Viaje: Cada Detalle Cuenta
Selección del destino y alojamiento: Al elegir un destino, considera lugares que sean amigables para familias. Investiga sobre servicios como guarderías en el hotel, áreas de juego y actividades para niños. Opta por alojamientos que ofrezcan comodidad y facilidades, como cunas, microondas o áreas de cocina.
Horarios de viaje: Si es posible, planifica el viaje alrededor de las horas de sueño de tu hijo. Viajar durante la noche o la siesta puede ayudar a que el niño duerma durante el trayecto, haciendo que el viaje sea más tranquilo para todos.
Transporte: Si viajas en avión, intenta reservar asientos que ofrezcan más espacio, como aquellos en la primera fila o cerca de las salidas de emergencia. Si viajas en coche, asegúrate de hacer paradas frecuentes para que los niños puedan estirar las piernas y jugar un poco.
3. Durante el Viaje: Cómo Manejar Situaciones Comunes
Alimentación: Lleva suficientes snacks saludables y fáciles de consumir para mantener a los niños satisfechos durante el viaje. Si estás lactando, consulta con el pediatra sobre la mejor manera de manejar la alimentación en diferentes situaciones.
Entretenimiento: Mantén a tus hijos entretenidos con una mezcla de actividades. Libros, juguetes, aplicaciones educativas, y vídeos pueden ser útiles. Considera llevar juguetes nuevos para captar su interés por más tiempo.
Manejo de rabietas y cansancio: Es normal que los niños se sientan frustrados o cansados durante un viaje largo. En lugar de reaccionar con enfado, intenta entender la causa de su molestia y ofrece consuelo o una actividad calmante. Recuerda que la paciencia es clave.
4. Consejos de Seguridad
Seguridad en el coche: Si viajas en coche, asegúrate de que la silla de seguridad del bebé esté instalada correctamente. Verifica que esté en buenas condiciones y acorde al peso y edad del niño.
Seguridad en el avión: Durante el despegue y el aterrizaje, amamantar o dar un biberón al bebé puede ayudar a aliviar la presión en sus oídos. También es importante que el niño esté bien asegurado durante todo el vuelo.
Prevención de enfermedades: Lávate las manos con frecuencia y lleva desinfectante. Evita que los niños toquen superficies sucias y mantén a los más pequeños alejados de personas enfermas.
5. Después del Viaje: Recuperación y Adaptación
Adaptación al nuevo entorno: Una vez en el destino, permite que los niños se adapten al nuevo entorno gradualmente. Mantén algunas rutinas familiares para que se sientan seguros, como los horarios de comida y sueño.
Tiempo de descanso: Después de un viaje largo, es normal que tanto los padres como los niños necesiten tiempo para recuperarse. No planifiques demasiadas actividades el primer día y deja tiempo para descansar.
Reflexión y aprendizaje: Después del viaje, conversa con tus hijos sobre la experiencia. Pregunta qué les gustó y qué no, y utiliza esta información para mejorar futuras aventuras.
Conclusión
Viajar con bebés y niños requiere más planificación y paciencia, pero los beneficios de compartir estas experiencias en familia son invaluables. Con los consejos adecuados y una preparación consciente, es posible disfrutar del viaje y crear recuerdos que durarán toda la vida. Recuerda siempre escuchar a tus hijos, ser flexible y disfrutar del viaje tanto como ellos.
¡Felices viajes!